¿Alguna vez has sentido que la crianza es como una película con secuela? La primera parte es nuestra experiencia como hijos (protagonistas), y la segunda parte es nuestra experiencia como padres (directores).
En esta primera etapa de nuestras vidas, somos moldeados y adquirimos herramientas para criar a nuestros hijos. Sin embargo, si nuestra experiencia de crianza fue negativa, es muy probable que enfrentemos dificultades al intentar brindar a nuestros hijos la atención, presencia, afecto, aceptación y límites que tanto necesitan. Para comprender esta segunda parte de la película, es importante adentrarnos en nuestra propia historia como hijos (primera parte), ya que sin este conocimiento la tarea se vuelve complicada. Por lo tanto, es posible que nuestros esfuerzos por ser padres bientratantes resulten en vano.
Al comprender y abordar nuestras propias experiencias negativas de crianza, podemos estar más preparados para brindarles a nuestros hijos un ambiente seguro, amoroso y afectuoso.
Es crucial que afrontemos y procesamos las heridas emocionales causadas por experiencias maltratantes en la crianza con la intervención de un profesional de la salud mental.
Otros recursos complementarios que pueden ser útiles son: participar en grupos de apoyo y leer libros o artículos sobre parentalidad y salud mental.
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