Las redes sociales han cambiado la forma en que nos comunicamos y compartimos información. Sin embargo, también conllevan riesgos, especialmente para los niños. Una vez que se publica una imagen o video en internet, es imposible eliminarla por completo. Incluso si nuestro perfil es privado, es posible que alguien lo comparta en otro lugar, sin nuestro consentimiento. Las imágenes de los niños pueden contener información personal, como su nombre, edad, ubicación o actividades. Esta información puede ser utilizada para fines maliciosos, como el acoso o la explotación. Existen páginas y grupos en internet dedicados a la circulación de imágenes de menores. Estas imágenes pueden ser obtenidas de los perfiles de los padres o cuidadores, sin su conocimiento. Los comentarios positivos o negativos que se hagan sobre los niños en las redes sociales pueden tener un impacto negativo en su vida presente y futura. Monetizar con la imagen de los niños es una forma de explotación infantil. Cuando los padres o cuidadores utilizan la imagen de los niños para obtener beneficios económicos, están vulnerando sus derechos. Es importante ser conscientes de los riesgos que conlleva compartir fotos de niños en redes sociales. Antes de publicar cualquier imagen, debemos pensar en las consecuencias que puede tener para el niño.
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